jueves, 24 de diciembre de 2020

Feliz Navidad. ALBERTO GUAPO.

 La sensación de cómo ha pasado el tiempo este año es algo confusa.

Parece que hace años, que llego marzo y con él la locura.

Al mismo tiempo me parece de locos pensar que en un par de meses volveremos a la aciaga fecha.

Me parece que llevamos miles de años esperando una solución, un medicamento, una vacuna

y el sentimiento cuando pienso que este domingo comienzan las vacunaciones es de vértigo y miedo.

Miguel se fue ayer al pueblo, durante 14 días. Hace poco fue nuestro aniversario, 3 años. Otra forma muy curiosa de sentir el tiempo. Parece que hace mil años que empezamos, porque  ya no somos aquellos del 2017.  Y al mismo tiempo me parece que este periodo ha sido un feliz parpadeo. Todo se ve alterado y deformado por el sufrimiento de la pandemia, la muerte y la incertidumbre. Por eso en ocasiones me siento avergonzada de pensar que soy feliz.

No es que hagamos nada especial, pero el caso es que lo somos. 

El problema para mí, siempre es el miedo. Verbalizar la felicidad suele precipitar la desgracia, y estando Miguel a 300 km, muchas cosas pueden salir mal.

Pero en un año de dolor cómo este, lloriquear me parece una falta de respeto por los que de verdad están sufriendo.

La incertidumbre me quema el alma y mis niveles de estrés están llegando al punto de no retorno, no estando muy lejos el filo del vaso que casi se desborda, pero aun así no esta bien llorar. 

Tengo cosas que mejorar, las mismas de siempre, la dieta, el consumismo, la procrastinación. Si algún día las mejoro, no sé que va a ser de mí.

No sé si cuando mejore todo eso, seguiré siendo la misma. Entiendo que soy más que mis fallos, pero ellos son lo que le da sal a mi carácter...creo.

Ah! el Monster. Diría que lo conseguí dejar, pero no seria del todo verdad. Y ahora en este punto, tan cansada y atrasada, decir que es un propósito para el año que viene, no me lo creo ni yo. 

Todos tenemos vicios, el mío por lo menos es legal y no me jode los pulmones, sobre él estómago aun no puedo hablar.

Creo que los deseos para este año serían, no morir por COVID19, ni quedarme tarumba por un síndrome post covid. Que la vacuna funcione, que mi familia este bien, no matar a nadie en alguna guardia, que no me echen de mi trabajo y poder ver a Miss Cafeína este año... que Miguel y yo echamos de menos a Alberto XD.

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