Pues eso...

Hay "me gustas" que saben a "te quieros".
Sonaban alto, casi gritaban, y cuando te miraba a los ojos y los soltaba así, sin freno, casi podía sentir dolor, por tan canalla mentira.
No me gustas, bueno si.
Me gusta hasta el borde de tus pestañas, esas tan largas que tienes, que son envidia y deseo de las mías.
Me gustan tus labios y tus besos y ya puestos tus rizos que se mueven con tu risa.
Ay tu risa...
Pero no estamos aquí para dejar claro que me gustas, estoy aquí para afirmar que cada vez que decíamos esa palabra, era amor lo que destilaba.
Suerte que de aquel freno nada queda, que ya gritamos te quieros que hunden miedos, que revientan dudas y que amainan tormentas.
Porque sabiendo lo que te quiero, ya no nos vale el silencio, solo nos vale el te quiero.
Pues eso, que te quiero.