Suelo tener problemas de comunicación con las personas.
Es curioso, pues no conozco muchas personas que como yo, puedan expresar tanto en tan poco tiempo.
Mi cerebro y mi boca suelen ir a velocidades poco recomendables para mentes menos preparadas.
¿Que si me considero intelectualmente superior?
Si, continuamente.
Y eso me jode.
Yo intento ser buena persona, y mi subconsciente me empuja sin remedio alguno hacia la bajeza de la falsa humildad.
No se como luchar contra eso.
El caso es que me cuesta comunicarme con el mundo.
La causa principal es mi falta de ganas.
Quiero sentirme aceptada por la gente, pero no quiero esforzarme. Quiero ser popular, pero sin el tedio de aguantar a otro ser humano en las duras y las maduras.
Puede ser que yo realmente tenga un alma ermitaña.
La soledad buscada y el vicio son los dos grandes objetivos de mi día a día, y eso no creo ni que sea sano.
Todo siempre confluye en lo mismo, el mundo cree que soy de una manera. La típica chica del montón, dulce, y plana, la que todos creen conocer y que a nadie desagrada. Aunque tampoco soy la desea, la buscada, la que anhelan, con la que sueñan. Soy de la que nadie se acuerda, porque aunque buena y amable resulto sosa.
¿Ah, que tu estas en mi clase? Eso lo he oído de un montón de compañeros de clase... ¿ son idiotas?
Si me conocieran de verdad, las opciones serian dos, o me odiarían y se asustarían, o no podrían vivir sin mi. Lo se. Esa adicción ya la he visto alguna que otra vez. Es lo que no te esperas lo que engancha.
No es que me crea especial, es pura estadística, con tanta gente como hay sobre este planeta alguien tienes que encontrar que sea como tu, ¿O es que acaso estoy rodeada de milagros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario